Las contradicciones de Elisa
Constanza Hube Profesora de derecho constitucional UC, convencional constituyente
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Constanza Hube
La presidenta de la Convención Constitucional ha hecho noticia a propósito de sus declaraciones en una entrevista realizada durante el fin de semana. Es así como Elisa Loncón señaló, respecto de la violencia en La Araucanía: “No tengo el estándar de Mandela para pedir que bajen las armas”.
¿Será necesario tener el estándar de Mandela para condenar la violencia y llamar a la paz? Sin duda que la respuesta es no, sólo basta con creer en la democracia y el Estado de derecho. Un contexto como el actual, de persistente violencia, especialmente en la región de La Araucanía, debilita la democracia y pone en riesgo el desarrollo pacífico del itinerario del proceso constituyente. Este aspecto es central, no solamente en el marco de la Convención, sino también para el funcionamiento de la vida diaria de las personas.
No está de más recordar que la función prioritaria del Estado es el resguardo del orden público y para esto tiene reservado el monopolio de la fuerza. Una de las conquistas del Estado moderno es, precisamente, que las personas renunciamos a nuestro derecho a defendernos por nosotros mismos (autotutela) con el objeto de que sea un tercero, el Estado, el que cumpla ese rol (heterotutela). Se trata de garantizar una convivencia regida por reglas, y no por personas. En esto consiste el Estado de derecho, y la Constitución es la ley fundamental en ese contexto.
En la misma entrevista, la presidenta de la Convención señaló que no le compete intervenir en el conflicto de La Araucanía, pero hace unas semanas no tuvo problema en pedir la libertad a los mal llamados “presos políticos”, excediendo las atribuciones de la Convención. El doble estándar de Loncón es un riesgo para el avance de este proceso, al ser ella la presidenta de todos los constituyentes, no únicamente de algunos. Su condena a la violencia debe ser transversal, y no sólo cuando le es conveniente a sus ideas políticas.
En este sentido, el filósofo Jorge Millas sostiene que “la violencia, como recurso de acción política, es un modo más radical de explotación humana”, lo cual termina generando que “unos hombres hacen uso de otros hombres como simples recursos para lograr sus fines”. Es así como la condena de la violencia es un tema central para el resguardo de condiciones mínimas para que la Convención Constitucional se pueda desarrollar con la tranquilidad y paz. Fue esa misma necesidad de paz la que llevó a los partidos políticos a firmar un acuerdo por la Paz Social y Nueva Constitución el 15 de noviembre de 2019.
La gran preocupación que se desprende de esta entrevista es que, si la presidenta de la Convención Constitucional no es capaz de condenar la violencia, y cree en ella como un medio de acción política, significa que no entiende lo que es la democracia. Esperemos que sólo sean desafortunadas declaraciones, y que de ahora en adelante se logre enmendar el rumbo, no solamente pensando en el éxito de la Convención, sino que en el país.